arquitectura eficiente
#025. Delineante. ¡Cuidado con el meteorito!

by José Luis de la Rocha

Para situarte.

Una grada en un anfiteatro.

Cuatro delineantes sentados.

 

- Yo creo que la profesión de delineante es la que más intrusismo tiene.

- Y la de informática – comenta uno de ellos.

- ¡Si, si! – comenta otro -. Mi primo es informático y siempre se está quejando de la gente que monta sus ordenadores por su cuenta.

- La de informática también – retoma el primero -, pero la que más es la de los delineantes.

- Y la de los profesores – comenta otro de los compañeros.

- Es verdad, que todo el mundo tiene ahora un canal de formación en youtube. Pero la que más son los delineantes – levantando el puño en alto.

- Y los periodistas – comenta el otro - que ya ponen de tertuliano a cualquiera.

- Desde el Frente de Liberación Popular de los Delineantes – retoma de nuevo el primero con denuedo - vamos a defender la profesión frente al totalitarismo de los arquitectos.

- Pues yo quiero ser técnico – comenta el delineante de la izquierda que todavía no había hablado.

- Pero si no eres técnico – argumenta el primero.

- Pues yo quiero que a partir de ahora me llaméis técnico.

- ¿Y por qué quieres que te llamemos técnico? - Le pregunta el de la derecha.

- Porque quiero firmar proyectos.

- Pero si tú no puedes firmar proyectos.

- No me oprimas – comenta lloriqueando.

- No es que te oprima, es que no tienes atribuciones para firmar proyectos.

- Pero, como técnico, tengo el derecho a firmar proyectos.

- Bien, compañeros – intercede uno de ellos -. Estamos de acuerdo en que no puede firmar proyectos porque no tiene atribuciones, pero podemos defender que la titulación se cambie de nombre, como los arquitectos técnicos, y colemos la palabra técnico en el título por si podemos pillar cacho como “técnico competente”.

- Buena idea – continua. – vamos a dignificar el título de delineante y luchar contra la opresión y vamos a cambiar la denominación. Nos vamos a llamar también Técnicos de proyectos.

- Eso va a ser poco.

- Pues le llamaremos Técnicos Superiores en Proyectos de Edificación.

 

Y así pudo ser.

 

La verdad es que no existe una profesión con tanto intrusismo (dentro del sector de la edificación arquitectónica).

El delineante ha pasado de ser un miembro fundamental de los antiguos estudios, cuando había que hacer cientos de planos a papel y a mano, a ser sustituido por un estudiante de arquitectura que manejaba el Autocad (a nivel experto, por supuesto) y en los últimos por la falta de trabajo suficiente, por los propios arquitectos, arquitectos técnicos e ingenieros.

 

En ese entorno han tenido que vivir los delineantes que se han movilizado para pillar su trozo de tarta.

 

Y es que la digitalización apareció como un meteorito que cambio para siempre el valor que ofrecían los delineantes.

 

El primero fue el cambio de la importante e insustituible pericia de delinear a mano por el simple valor de sacar las líneas de una máquina. Sin valorar la estética, ni la información, ni el contenido de los planos.

Y es que en esos primeros años daba vergüenza ver algunos proyectos hechos por ordenador, frente a proyectos hechos a mano.

Esta digitalización permitió que entraran a competir muchos jóvenes estudiantes que manejaban el ordenador.

A esto se juntó la gran cantidad de universitarios que acudían como moscas a hacerse arquitectos, y los que no, arquitectos técnicos y que llevó, principalmente en las ciudades donde existían escuelas técnicas, a una gran masa de carne para dar de comer barato a la máquina de producir viviendas.

Es muy probable que todos los que lean esto hayan pasado por esa experiencia.

 

Es decir, pasamos de un entorno de pocos arquitectos, mucho trabajo que hacer y que había que hacer a mano, a un entorno dónde hay muchos arquitectos nuevos y el trabajo a hacer se puede automatizar con los ordenadores.

A esto le juntas un arquitecto senior que no sabe manejar un ordenador y todo le parece “magia” y los nuevos estudios de arquitectura de todos estos estudiantes que ya no necesitan a ningún delineante porque ellos mismos se lo guisan y se lo comen.

 

El segundo cambio importante que trajo el meteorito de la digitalización es el valor de la representación gráfica.

Ya no hacía falta tener unas normas de representación. Un lenguaje técnico.

Al principio porque, como he dicho antes, como no sabíamos manejar muy bien el software, el valor importante era sacar el plano en ordenador. Lo que hizo que bajara el nivel de representación de los proyectos al nivel más bajo de la historia de la arquitectura.

Además, como era una tecnología nueva, cada estudio desarrolló su metodología. En muchos casos saltándose las normas de representación, por desconocimiento de estas o imposibilidad de aplicarlas con las herramientas disponibles.

A medida que se desarrollaron los softwares de arquitectura y aparecieron nuevas funciones de representación, como los renders, se fue aumentando de nuevo la calidad progresivamente.

Pero ya los delineantes habíais perdido la partida frente a una horda de estudiantes formados en las nuevas técnicas de representación y además, este mismo personaje, podía resolver distintos aspectos técnicos del proyecto.

Muchos estudios cambiaron delineantes por arquitectos para la misma función.

De ahí viene estos quisieran “ampliar” la titulación de delineante para competir con esta nueva ola de técnicos.

Pero ya nadie echa de menos un buen delineante que detalle bien los planos.

 

Ahora el camino se ha acelerado con la metodología BIM y los programas de modelado paramétrico.

Durante los primeros años volvió a bajar el nivel de representación de los proyectos sustituyendo el valor de representación (porque no se sabía manejar muy bien las herramientas para llegar al mismo nivel de representación que con líneas) por el valor de información (aunque no se supiera para qué se necesitaba esa información).

Incluso he llegado a escuchar que la estética gráfica de los planos no aportaba nada a la arquitectura.

Si nosotros no hacemos planos bonitos ¿quién los va a hacer?

Ya, afortunadamente, a medida que se aprenden a manejar estas nuevas herramientas se pueden comenzar a ver de nuevo proyectos con una cierta calidad de representación.

 

Y aquí aparece un debate interesante sobre si los delineantes debieran cambiarse el nombre por modeladores. O cómo yo les llamaría "modelineantes".

Está claro que no hay que confundir la función con la profesión.

Quizás este tema dé para otra newsletter y seguro para un debate interesante en las redes como los que han dado las tres newsletters anteriores.

Si no las has leído puedes verlas en https://arquitecturaeficiente.es/newsletter/

 

Pero esto no ha acabado aquí.

Ya viene el siguiente meteorito con las IAs.

Van avanzando tan rápido que creo van a repetir la historia de cambiar el valor anterior (diseño, representación, …) por el simple valor de sacarlo desde una IA (aunque el dibujo no tenga rigor físico).

En estos nuevos programas, ya no es necesario saber dibujar a mano, saber manejar un software, ni incluso saber programación. Lo que hay que saber es una colección de prompts y parámetros apropiados para sacar el máximo jugo.

¿En este caso los delineantes, para mantener su cuota, deberían volverse a cambiar el nombre por "promptmodelineantes"?

 

Muchas gracias por leerme y un abrazo digital.

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